28 de noviembre de 2013

Conurba lover

Todos los fines de semana duermo con un negro de Hurlingham. Simultáneamente a mi deseo sexual, me gusta capitular el absurdo. "Placer y mental ilness como sinónimos: disparadores de la nueva narrativa".

El otro día estábamos acostados (claro) y fumados (claro), hablando del placer (cla..no).
Qué es el placer, pregunta el negro.
Y...no sé, digo yo, pero insisto: el placer es *eso* que usa toda tu ram mental, que lo abarca todo *en el cerebro*, que no te permite que puedas *pensar* en otra cosa más que en el *placer* que estás *sientiendo*. Ves?, digo, el placer no puede reemplazarse por otra palabra que signifique siquiera algo parecido. Placer es la palabra a la que todas las otras palabras quieren parecerse.

¿Qué puntaje le damos a esa respuesta, Merilandia?
Satisfactoria.

El negro me completa la barra.
Pienso que la incapacidad de utilizar correctamente el lenguaje es lo que nos hace recurrir al racismo. Las palabras están todas ahí, ¡incluso hasta tenemos unos parámetros de mierda para ordenarlas! Pero de nuevo el socialismo, de nuevo el pensamiento de que no todos tienen las mismas oportunidades, que el mundo es muy injusto porque las palabras están ahí pero mucha gente no tiene acceso por una cuestión estrcutural de desigualdad y que...
Pero boluda, ¡VOS SOS UNA BURGUESA QUE FUE A LA ESCUELA Y NO TERMINO SUS ESTUDIOS DE GRADO! Claro, de nuevo la exigencia. De nuevo el Dogville gate de no medir todo con la misma vara.
El negro me completa la barra.

Discutir sobre el placer nos dio hambre, así que pedimos una pizza.
Comimos.
Volvimos a discutir, esta vez sobre no dejarnos hablar. Tenés 10 años, le digo. 40-50 segundos despúes de la referencia, lo veo levantar una servilleta en llamas.
¿Qué hacés?
*llamas*
¿Qué hacés, enfermo?
*semi pánico, corridas*

- Te estoy haciendo una perfo.

El negro me llena la barra.