27 de mayo de 2012

Oler a profesional

Sabueso. Un olfa que va construyendo sus cimientos de nada. El rey de la mediocridad. Un lamedor de pezones, un profesional de la avaricia sentimental. Un educador de niñas traumadas emocionalmente. El imán del perecer. El templo de la inteligencia sobrevaluada. La única cara que es horrible cuando se ríe. Un explorador sediento de cinismo. Pobre. Pobreza en el alma. Vacío en la conciencia. Como un esqueleto que se justifica en la sensibilidad que carece. Un sabueso que merodea los confines de tu cuerpo lírico y onanista. Que merodea el sinfin de tu ego continental. Que custodia tus palabras.

Ni siquiera el diablo se ríe así.