28 de mayo de 2012

La Paciencia



Saludo en la puerta,
un beso amanecido.
Vuelvo, camino lento
hago el duelo en el pasillo
así no pierdo el tiempo
pensando que esto va a seguir.

Y en mi casa...
me quedo analizando.

El trámite del sexo,
bicicleta fija,
pedaleando en falso
hacia la nada misma.
Tantas partes del cuerpo,
que no llegás a compartir.

La mañana...
me deja confundida.

La cosa es no cegarse,
con la calentura,
para ir separando
a la crema de la espuma.
Yo sé que no es tan fácil,
la diferencia es sutil.

Pero en casa....
resuenan las palabras.

"Sos maravillosa,
sos una hermosura.
Yo no me merezco
a una mina de tu altura".
Decime pelotudo
entonces para qué venís?

Y en mi casa...
me quedo haciendo planes.

La única que queda
es ir involucionando,
bañarme menos veces,
cantar desafinado.
Así voy controlando,
en qué me voy a convertir.

Hace falta....
seguir profundizando.

No decir lo que quiero,
ni lo que tengo claro,
así no les da miedo
mi fuerza y desenfado.
Hablar en voz más baja,
tratar de no hacer reir.

Y el futuro....
se va cristalizando.

El próximo paso
es comprarme mil gatitos
que hagan de esta casa
un zoológico maldito,
maullando al mismo tiempo
así no tengo que escuchar...

Las palabras....
que resuenan en mi casa.

"Sos maravillosa,
sos una hermosura.
Yo no me merezco
a una mina de tu altura".
Decime pelotudo
entonces para qué venís?

La paciencia....
no es uno de mis fuertes.

La Paciencia - Mariana Bugallo