30 de mayo de 2010

Us and Them, dirían unos locos amigos míos.

No es la primera vez que escucho que alguien pide que no hablen de talytal en una conversación. Talytal sería el reemplazo de Carla y Roberto o Natalia y Osvaldo. Una pareja, claramente. A eso me refiero.

El otro día C me estaba contando que R, P y E estában en medio de una discusión: E y R querían salir con todo el grupo y P no. P es un pirata, de esos que aman a la novia pero la cagan porque "los hombres somos así". P, se ve, tiene el ego muy infladito y cree que todo el grupo está interesado en contarle a su novia sobre los infames hechos en cuestión. Es obvio que a nadie le interesa tu vida P, enterate. Pero el punto no es este.

En un momento de la discusión, contaba C, se nombró a un talytal. R, etéreo y distante, con la mirada soberbia por encima del hombro, pidió que no se hable de ese talytal. "No nos metan en el medio, de ella no hablen", dijo. ¿¡Cómo no se dieron cuenta que estában rompiendo con el protocolo!? ¿Cómo se atreven, seres minúsculos a nombrarlos en el medio de esa conversación tan trivial?

C, era un tal en cuestión. Y no es un detalle menor que, mientras contaba lo sucedido, se elevara unos centímetros por encima de mi persona. Se sintió importante. No la culpo.

El punto es, que me genera un poco de rechazo ese tipo de situaciones en donde las personas se sienten abstraídas de lo común, lo cotidiano, lo de todos los fucking días de la vida. Me molesta que quieran parecer diferentes, que quieran sentirse ejemplos a seguir. ¿Por qué no puede nombarse tu persona? ¿Qué mierda te hace sentir tan especial? ¿Quién te puso en el podio de los ganadores, gusano miserable? Vos estás evidenciando que no te reconocés (y no la reconocés a ella), en el mismo grupo que los demás. Con esa frase, le sacaste todo lo inclusivo al nosotros.

No me digas que no te nombre, porque para mí vos sos igual de común que ir a trabajar todos los días. Estás en el mismo nivel de cotidianeidad que ir al baño todas las mañanas.

Básicamente, un cliché. La miradita por encima del hombro, menospreciando la cumbia e idolatrando a Zeppelin, ya pasó bastante de moda. Y me aburren bastante las personas que se esfuerzan por ponerle el disfraz de inteligente a todo lo que sale de su boca.