Estoy tan llena de -qué pedorra esta palabra- sueños, que se que no voy a llegar a cumplir ninguno.
Y me cago de miedo eh.
El otro día en el bondi, mientras iba a la facultad, hacía cálculos: si me recibo a los 25, puedo empezar antropología. Si me recibo de antropóloga a los 30, puedo estudiar letras; tendría tres carreras y 36-37 años. Claro, eso si no tengo hijos. Sería una solteronasinhijos pero con tres títulos. Porque a mí con eso que podés empezar una carrera mientras terminás otra, no eh. Y a mi con eso que podés estudiar embarazada, tampoco.
Puedo resignar los hijos, puedo resignar el sexo y la vida en pareja, pero las carreras no eh, no.
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